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Message from Sister Parish Inc. Board member Cathy Burrell
The Sister Parish, Inc. Board and staff began January excited about the new year. Most of the Board participated in the Open Delegation in November 2019 and were energized by visiting the communities and people of El Salvador and Guatemala. Several 2020 delegations were being planned between our linkages in Central America and the United States. In February, Wallingford United Methodist Church’s Sister Parish visited Guarjila.
Then the world learned about COVID-19, a contagious respiratory illness, which was spreading across the world. The symptoms were similar to the flu but it caused more serious illnesses in some people and even death. The World Health Organization declared COVID-19 a pandemic in March. Around the world, businesses shut down and people quarantined in an effort to stop the spread of COVID-19. Travel was restricted and delegation travel was cancelled.
Sister Parish, Inc. could no longer operate in its usual way. The Board, southern directivas, and staff made it a priority to help Sister Parish communities that were in need. Many people in El Salvador and Guatemala could no longer work due to quarantines and shut downs. The pandemic left communities already living in poverty at risk of more hunger and illness. We created a fund for emergency relief. Through the generosity of donors, over $45,000 was raised. The Sister Parish emergency aid fundraiser provided every Sister Parish community with aid money to use as they defined for their greatest need. The majority of funds disbursed were used for food and hygiene supplies. In the absence of government aid, Sister Parish Inc.’s community leaders organized efforts to help their neighbors in providing food and basic necessities to help families through these tough times.





Then Hurricanes Eta and Iota hit Central America in November. At least four Sister Parish communities were affected. After being hit by Hurricane Eta, the same communities were affected again by Hurricane Iota only two weeks later. Sister Parish was able to provide emergency aid to families in need because of the relief funds.
In addition to providing emergency relief, we needed to find ways to continue to grow our relationships between the north and south even through a global pandemic. We found ways to connect by transitioning to online connections. Technology was widely used to keep our northern communities connected with our southern communities. Online activities were coordinated between partner communities. Some of the online activities that were shared between communities were bible studies, committee meetings and conversations with speakers from our Central American communities. Speakers included Miriam Lopez of CORDES in El Salvador, Dina Velasquez, President of the cooperative and community center UPAVIM in Guatemala and Miriam Vásquez, a nurse in an urban clinic in Guatemala. We learned so much from these community leaders about their experiences dealing with COVID-19 in their communities.
The Board asked what more can we do to bring our communities together and carry out the mission of Sister Parish. Out of this conversation grew the idea of a virtual delegation. Since we couldn’t be together in delegations, we could be together virtually. We could build our relationships and stand in solidarity with our brothers and sisters in El Salvador and Guatemala in a new way. Our goals would be the same as in-person delegations—to share our cultures and faith, strengthen our relationships and to inspire action toward peace and justice. It was a labor of love by the Sister Parish Board, southern Directivas, staff, and communities to create a delegation experience that connected all of us. From November 15-21 our communities came together experiencing live sessions and current event presentations, music videos, a cooking video and story time videos. Thirteen out of fourteen southern communities shared videos made for the delegation.
In spite of the pandemic, Sister Parish, Inc. continued to live out its mission of strengthening the relationships between the communities in the United States and Central America. We came together this year, connecting in new ways. The bonds between our northern and southern communities are so strong that even a worldwide pandemic couldn’t stop us from coming together to learn, laugh and share the love we have for one another.





2020 – El año en Iglesias Hermanas como ningún otro
Por Cathy Burrell, miembro de la junta directiva del norte
Las directivas y el personal de Sister Parish, Inc. comenzaron en enero entusiasmados con el nuevo año. La mayor parte de la junta directiva del norte participó en la Delegación Abierta en noviembre de 2019 y se sintieron llenos de energía al visitar las comunidades y personas de El Salvador y Guatemala. Se estaban planificando varias delegaciones para 2020 con los hermanamientos en Centroamérica y los Estados Unidos. En febrero, la Iglesia Metodista Unida de Wallingford visitó Guarjila.
Luego, el mundo se enteró del COVID-19, una enfermedad respiratoria contagiosa que se extendía por todo el mundo. Los síntomas eran parecidos a los de la gripe, pero causó enfermedades más graves en algunas personas. La Organización Mundial de la Salud declaró al COVID-19 una pandemia en marzo. En todo el mundo, las empresas cerraron y las personas se pusieron en cuarentena en un esfuerzo por detener la propagación del COVID-19. Se restringieron los viajes y se cancelaron las delegaciones.
Iglesias Hermanas ya no podía operar de la forma habitual. La junta directiva del norte, las directivas de El Salvador y Guatemala, y el personal establecieron como prioridad ayudar a las comunidades con lo que necesitaban. Muchas personas en El Salvador y Guatemala ya no podían trabajar debido a las cuarentenas. La pandemia dejó a las comunidades que ya vivían con pocos recursos en riesgo de padecer más hambre y enfermedades. Creamos un fondo para ayuda humanitaria de emergencia. Gracias a la generosidad de los donantes, se recaudaron más de $45.000. Cada comunidad de Iglesias Hermanas recibió ayuda humanitaria y cada comunidad decidió cómo usarla según su mayor necesidad. La mayoría de los fondos desembolsados se utilizaron para alimentos, víveres y kits de higiene. En ausencia de ayuda del gobierno, los líderes comunitarios organizaron esfuerzos para ayudar a sus vecinos a distribuir víveres para ayudar a las familias en estos tiempos difíciles.
Luego, los huracanes Eta e Iota azotaron Centroamérica en noviembre. Al menos cuatro comunidades de Iglesias Hermanas se vieron afectadas. Después de ser golpeadas por el huracán Eta, las mismas comunidades se vieron afectadas nuevamente por el huracán Iota solo dos semanas después. Gracias a los fondos de ayuda, Iglesias Hermanas pudo brindar ayuda de emergencia a las familias necesitadas.
Además de brindar ayuda de emergencia, necesitábamos encontrar formas de continuar desarrollando los lazos de amistad y solidaridad entre el norte y el sur, incluso a través de una pandemia mundial. Encontramos formas de conectarnos mediante la transición a actividades en línea. La tecnología se utilizó ampliamente para mantener a las comunidades del norte conectadas con las del sur. Algunas de las actividades en línea para los hermanamientos fueron estudios bíblicos, reuniones de comités y conversaciones sobre temas de coyuntura y justicia.
Además, organizamos presentaciones en Zoom con temas de interés, incluyendo a Miriam López de CORDES sobre la violencia contra las mujeres en El Salvador, Dina Velásquez sobre la cooperativa y centro comunitario UPAVIM en Guatemala, y enfermera Miriam Vásquez sobre la pandemia en áreas urbanas de Guatemala. Aprendimos mucho de las tres lideresas comunitarias sobre sus experiencias al lidiar con COVID-19 en sus comunidades.
La junta directiva del norte preguntó qué más podemos hacer para unir a nuestras comunidades y llevar a cabo la misión de Sister Parish. De esta conversación surgió la idea de una delegación virtual. No podíamos estar juntos en delegaciones, pero podríamos estar juntos virtualmente. Podríamos fortalecer los lazos de amistad y solidarizarnos con nuestros hermanos y hermanas en El Salvador y Guatemala de una manera nueva. Nuestras metas serían las mismas que las de las delegaciones en persona: compartir nuestra cultura y fe, fortalecer los hermanamientos e inspirar acciones hacia la paz y la justicia. Fue un trabajo de amor por parte de las directivas, el personal y las comunidades de Iglesias Hermanas crear una experiencia de delegación que nos conectó a todos. Del 15 al 21 de noviembre, nuestras comunidades se reunieron para compartir por video llamadas, presentaciones de coyuntura, videos musicales, un video de cocina y videos de cuentos. Trece de las catorce comunidades del sur compartieron videos para la delegación.
A pesar de la pandemia, Iglesias Hermanas continuó viviendo su misión de fortalecer los hermanamientos entre los Estados Unidos y Centroamérica. Nos unimos este año, conectándonos de nuevas formas. Los lazos entre nuestras comunidades del norte y del sur son tan fuertes que incluso una pandemia mundial no podría evitar que nos uniéramos para aprender, reír y compartir el amor que nos tenemos.