In English
[A lo largo del año, estaremos publicando reflexiones de las y los miembros de las comunidades de Iglesias Hermanas, en honor a los 25 años de existencia de la organización. Hoy la reflexión es de Jose Choc, un líder y anciano de la comunidad Las Margaritas II, región del Ixcán, Quiché, Guatemala. Este año las Margaritas II celebra 20 años de estar hermanada con la parroquia San Francisco de Asís, en Raleigh, Carolina del Norte. Ustedes pueden leer más reflexiones en relación con el 25 aniversario de Iglesias hermanas aquí.]
La relación con San Francisco de Asís y Las Margaritas se inició en 1993. Ellos-as vinieron en búsqueda y para conocer otra iglesia, y la vida aquí en la comunidad, para compartir e intercambiar experiencias. Esto sucedió también durante el tiempo de guerra, cuando la gente sufrió muchísimo aquí en el Ixcán.

Fray. Emmet Murphy, un sacerdote asociado con la parroquia San Francisco de Asís, celebra la comunión con miembros-as de Las Margaritas II
A través de los años hemos compartido nuestros gozos y dolores juntos-as. En la primera delegación vinieron con un sacerdote y muchos años han pasado desde esa primera delegación. Nosotros-as somos gente sencilla, pero ellos todavía quieren venir y compartir con nuestra iglesia y familias. Esto significa mucho más para esta comunidad, pienso, que lo que ellos-as saben. Por esto es que hemos trabajado juntos-as como iglesia y como comunidad, para siempre poder recibirlos. Ellos-as también han hecho lo mismo por nosotros-as. Tenemos una amistad de igualdad, donde no hay diferencia ni color, de estatus económico o de fe.
Las Margaritas fue fundada en 1986. Entonces, cuando la primera delegación vino a las margaritas, era una comunidad nueva. La gente de las Margaritas vinieron de diferentes lugares en Guatemala: Coban, Quiché, Senahú, etc. Pero aquí fue donde se vinieron a juntar. Algunas personas andaban buscando tierra, otros-as de de un lugar donde encontrar comida para darle a sus hijos-as. En esa época no habían carreteras. Se tenía que cruzar el río en una lancha. Esto es algo que las y los delegados de San Francisco de Asís pueden confirmar. Cada vez que venían a visitarnos tenían que cruzar el río. Algunas veces habían corrientes fuertes, pero gracias a Dios nunca les pasó nada a nuestras hermanas y hermanos cuando cruzaban. No hemos tenido muchas oportunidades de recibir muchos visitantes extranjeros, pero gracias a Dios hemos tenido la oportunidad de recibir a nuestros hermanos y hermanas de Raleigh. Hasta la fecha, nosotros-as continuamos nuestra relación con ellos-as.
Oramos a Dios para que siempre guíe nuestros senderos. Esta es nuestra historia. Esta es la historia donde las fronteras no existen y nosotros-as esperamos que Dios continue bendiciendo nuestro hermanamiento y su futuro.
Pingback: Twenty Five Years of Memories: Growing Together in Faith | sisterparishinc